Lo confieso, empecé ya entrada en años a leer de verdad libros. Fue en la facultad de periodismo.
Mis primeras lecturas de adolescente fueron los libros condesados de Reader`s Digest. Debería sentir pena por escribir esto. Mis padres estaban suscritos a la revista. Yo leía los libros condesados de dicha publicación. Mientras escribo me río por dentro, en el libro autobiográfico “Mi mundo” Juan José Millas habla que él también empezó a leer a través de la misma revista.
El resumen de dicha experiencia es que tardaba una eternidad en terminar un libro. Era una sensación confusa; me la pasaba bien pero no encontraba el punto para engancharme. Y que les digo de mi familia. A mi papá le encanta la historia, lee mucho sobre ello. En ese tiempo me aburría la historia. Mi bisabuela sólo leía cosas relacionadas con religión.
En la escuela la situación no mejoró, mis profesores de español me parece que nunca leyeron un libro en su vida. Cuando un profesor no es lector jamás podrá trasmitir el amor por la lectura. No recuerdo en qué año de la secundaria teníamos que leer por obligación un libro. Yo escogí una lectura motivacional dirigida a adolescentes como yo “Juventud en éxtasis” sólo diré que a mi profesora le pareció genial, antes había rechazado mi propuesta de leer “Nacida inocente”, para los que no la conocen es un “novelón” de una chica que la meten a un reformatorio y sufre todas las vejaciones posibles. La película la protagoniza Linda Blair, si, la misma del Exorcista. No diré más.
Todo indicaba que sería una No Lectora. Era una buena estudiante -para los estándares de México-, así que el hecho que no fuera lectora de novelas, cuento, poesía, teatro.. no era impedimento para sacar buenas notas. Si iba bien en la escuela, no había motivos para que mis profesores y mi familia se preocuparan si la niña era una NO Lectora.
Pero, tuve un golpe de suerte y me siento agradecida por ello. Hojeando el periódico me encontré con una noticia que varios medios de comunicación reproducían. La muerte de Juan José Arreola. Tuvo tanto eco la noticia que tenía curiosidad por saber quién era el personaje, me enteré que era un escritor mexicano, que era una especie de genio en los relatos cortos. Luego tuve otro golpe de suerte. Mis padres vivían en un pueblo, -yo estudiaba en la capital-, había una pequeña biblioteca -que también descubrí- y entre las estanterías había libros de Juan José Arreola. Así que de manera instintiva tomé un libro “Confabulario” Desde el primer momento me enganche y saben por qué, porque era algo totalmente distinto a lo que había leído jamás. No me podía creer lo que estaba leyendo. Para mí en otro tiempo hubiera sido imposible pensar que se podría hacer literatura de: un viaje de una hormiga que lleva a sus espaldas un miligramo de algo o la carta que escribe un cliente a su zapatero porque está disgustado por el arreglo que le ha hecho a sus zapatos.
Fue en 2001 cuando empezó todo para mí. Saben por qué no funcionan -por lo menos en España y en México- la educación para que los niños lean, porque se les obliga y se les dice que tienen que leer y después se les impone que lean a los clásicos. A mí me machacaron con el Cantar del Mio Cid. Yo a mi edad no entendía nada de esas hazañas heroicas y mucho menos el lenguaje que me parecía indescifrable. Una vez que se haya creado un lector, él irá sin pestañerar a leer a los clásicos.
Pido como solución llenar las estanterías de las escuelas con libros para todos los gustos y que los niños decidan en base a sus inquietudes lo que quieren leer, que se lea en clase, que no pidan resúmenes de lecturas, mejor una clase participativa, que no los machaquen con tantos deberes, para que tenga tiempo para leer, que no se siga despreciando la literatura como asignatura, que sea la gente más preparada de cada uno de los países los que estén a cargo de la educación de los niños, que los profesores sientan empatía con sus alumnos, que se interesen por lo que les gusta para que les puedan sugerir lecturas, que sean capaces de responder las inquietudes que los niños y niñas les plantean….Que haya un diálogo entre iguales,
entre el profesor y el alumno.
Esta metodología ya está probada en los en los países nórdicos. En Dinamarca ya se sabe la importancia de que sólo pueden ser aceptados para profesores los mejores candidatos porque saben que tienen la responsabilidad de formar a las futuras generaciones.
Comparto mi experiencia como lectora a propósito de un texto que leí en la revista Yorokobu http://www.yorokobu.es/nancie-atwell/
En el texto encontrarán la visión de Nancy Atwell una profesora estadounidense que en 2015 recibió el “Nobel” de los maestros. Fundó Center for Teaching & Learning (CTL), http://c-t-l.org/ con el objetivo de crear lectores.
Que les parece que sean los niños los que recomiendan los libros, http://c-t-l.org/kids-recommend/#anchor10 pues aquí tiene la lista hecha por niñas entre 7 y 8 años, si echamos un ojo a la lista veremos a Margaret Atwood , Jane Austen, Tobias Woolf…
Por cierto, empieza un nuevo año y con ello nuevos libros ¿Qué libros me recomiendan?
